martes, enero 01, 2008

2008






Hemos pasado unos días de invierno en la Costa de Málaga.
Decir "Costa" en este caso no es del todo cierto; aunque tampoco es del todo mentira: nos alojamos en Alcaucín, cercano a las playas, pero encaramándose en la dura Sierra Tejeda.
Hizo mucho frío, e incluso nevó en lo más alto de las montañas; de ahí que el aire fresco habitual fuese en esta ocasión más frío que de costumbre.
Es una zona eminentemente olivarera, tomando como referencia a Mondrón y sus aceites de renombrada fama. Pero en toda la comarca se cultivan hortalizas y frutas, desde la col al aguacate, de los limones al mango.

Aparte de los inexcusables espetos de sardina, nos obligamos a recorrer un poco los montes para descubrir pequeñas ventas donde yantar: entre ellas, Cortijo Veleta.
Recuerdo el Queso de Oveja al Tomillo; las Migas a Lo Bestia; el Jamón Asado, la bien tratada Carne Moruna, cómo no el Chivo a la brasa, y un larguísimo etcétera de clásicos bien acompañados en un entorno aislado del mundo porque se observa todo desde lo más alto de una ladera.




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